miércoles, 6 de noviembre de 2013

Black Sabbath en México. Foro Sol, Ciudad de México. Octubre 26, 2013.



“Black Sabbath en México”.
Foro Sol de la Ciudad de México. Octubre 26, 2013.

Palabra del Diablo Despierto (Rogelio Matamoros Durán).


Para calificar o juzgar al Rock (así como a las artes en general), se debe lidiar con el hecho de que no hay unidades de medición o reglas escritas para hacerlo. Los parámetros son imaginarios y los dicta la experiencia, la información, el criterio  y el sentido común. Y si a esto sumamos que la reseña que ahora tratamos de hacer, es acerca del concierto de la banda de Rock favorita de quien esto escribe, créanme que la cosa se dificulta más para convencerlos de que jamás se perderá la objetividad.

De tal forma, para nadie es secreto que Black Sabbath es el principal motivo de esta tribuna. Sin embargo también es cierto que jamás hemos caído en halagos o en veneraciones gratuitas y cuando se ha tenido que criticar, sin problemas se ha hecho. Aclarado esto vayamos al grano.

La historia de Black Sabbath ha sido una de las telenovelas más dramáticas en la historia del Rock, plena de escenas  de amor, desamor y amor-odio entre sus integrantes. Sin embargo de la misma manera, se contempla que se acerca a un final feliz. Y es que luego de anunciar con bombo y platillo, no solo de nueva cuenta una reunión de la alineación original, sino que también la esperada grabación de un nuevo disco con estos cuatro músicos; las risas y festejos se interrumpieron abruptamente por el desencanto de los desacuerdos. 


Bill Ward hizo público que el trato que recibe como integrante de la banda no es el que merece y en las redes sociales se desató el drama, ante el que las tres cuartas partes restantes de Black Sabbath respondieron tajantes, que si esa es su decisión entonces le deseaban la mejor de las suertes. Y justo en este momento, cuando tenían a  los fans sacando conclusiones, de nueva cuenta la nube de la desgracia se posó sobre la banda: Tony Iommi fue diagnosticado con cáncer linfático.

Con este escenario grabaron “13”, el cual si consideramos a “Seventh Star” y “The Devil You Know” como trabajos de Black Sabbath, será el vigésimo disco en estudio de su carrera. Y pese a cualquier mala expectativa (el Diablo Despierto esperaba un producto predecible), “13” resultó ser un trabajo estupendo, producto de la experiencia de Tony Iommi y Geezer Butler y la estupenda dirección de Rick Rubin. Por supuesto que no menospreciamos el trabajo de Ozzy Osbourne, pero todos sabemos que creativamente su participación es menor. Y de tal forma, conforme se observaron avances en el estado de salud de Tony iommi, se fueron anunciando  a cuentagotas fechas de la gira mundial de Black Sabbath.


De nueva cuenta las condiciones para la gira eran claras, las cualidades de Ozzy Osbourne como cantante están mermadas desde hace ya muchos años y eso es algo que no esperábamos que ahora cambiara. En la batería, aunque el disco había sido grabado por Brad Wilk (Rage Against The Machine), se anunció a Tommy Clufetos (Ozzy Osbourne, Rob Zombie), el cual a pesar de contar con la calidad ejecutante necesaria, no fue recibido con agrado por un amplio sector de seguidores de Black Sabbath (el Diablo Despierto incluido). Con respecto a Tony Iommi, la fragilidad en su salud, de antemano justificaba ya cualquier pifia que se pudiera presentar sobre la marcha, con lo cual Geezer Butler quedaba como único miembro en plenitud de sus facultades musicales. De tal forma, con este panorama se antojaba que la gira sería una serie de presentaciones plenas de nostalgia, buenos recuerdos y monolíticos himnos de Rock Pesado, interpretados por una banda a la cual no se le podría exigir en exceso.

Es así como se anuncia el anhelado primer concierto de Black Sabbath con Ozzy Osbourne como cantante en México. La sede sería el Foro Sol de la Ciudad de México, el 26 de octubre de 2013 y desde un principio el lugar se antojaba grandísimo según la opinión de experimentados en la materia (de nuevo el Diablo Despierto incluido).


La fecha llegó y sorpresivamente el cartel de “Boletos Agotados” se había colgado en las taquillas, desde hacía ya varias semanas. Y desde su llegada a México, el mismo Geezer Butler anunciaba por las redes sociales que los esperaban 70,000 personas  en la Ciudad de México. Es un hecho que de nuevo el mismo fenómeno que había hecho que las nuevas generaciones llenaran el Palacio de los Deportes con Motörhead hace apenas unos meses, había actuado de nuevo. Y es que teniendo como referencia el arrastre de público que habían tenido las actuaciones en México de Black Sabbath con Ronnie James Dio y las del mismo Ozzy como solista, las expectativas eran para un Foro Sol ocupado a la mitad de su capacidad o quizás un poco más. Pero lo cierto es que jamás habíamos visto este lugar tan repleto, como se vio en esta ocasión con Black Sabbath. En cuanto a la cantidad real de asistentes, recordemos que los promotores de este lugar cuando hacían conciertos con sillas en la sección de pista, manejaban una asistencia de 65.000 personas. Por lo tanto ahora que no había sillas y con el sorprendente panorama que todos vimos el sábado pasado, parece incongruente que “oficialmente” manejen la cantidad de 60,000 personas. Y las 70,000 que alguien le había informado unos días antes a Geezer Butler? En fin, saquen sus propias conclusiones.


Megadeth fue la banda invitada y como de costumbre realizó una estupenda presentación. La persistencia de Dave Mustaine y la consistencia de sus grabaciones, han llevado a su banda al lugar en que se encuentra. Con un set list eficientemente seleccionado, cumplieron a la perfección con su cometido de calentar a la audiencia. Al menos en donde nos tocó presenciarlos, sonaron bien. Por otro lado vale la pena comentar, el curioso fenómeno que se ha dado recientemente (especialmente con el sector de mayor edad en el público rockero), por desacreditar la presencia de las bandas que ya nos visitan con más regularidad. Argumentando en su contra el hecho de que ya recurran a modificar sus canciones, para sobrellevar las cualidades que han perdido por el paso del tiempo. Esto es algo totalmente absurdo, pues lo menos que uno debe de saber como espectador, es que asistirás a ver a seres humanos que han envejecido como uno mismo. De tal forma, si Dave Mustaine ya tiene que cantar más bajo o alto, y la banda un poco más lento, es algo que evidentemente no le importó a miles de los asistentes de esta noche.


Pero el momento había llegado y tras la actuación de Megadeth, tuvimos que esperar los 20 minutos más largos de nuestras vidas. La masa humana cercana al escenario, como de costumbre se arremolinaba entre risas y reclamos, bajo la premisa de la jodidez. Esa de obtener todo a base de empujones, pasando por alto los riesgos e ignorando el privilegio del derecho.  En este momento los 70,000 (o la cantidad que quieran), ahí reunidos, eran presa de la oscuridad y el frio clima; en este momento las condiciones más apropiadas para llevar a cabo el Sabbath de nuestras vidas. Y repentinamente los saludos de Ozzy Osbourne desde algún lugar en la oscuridad, encendieron al público y la expectativa por lo que se ocultaba detrás de la gran cortina que cubría el escenario, colaboró a que la emoción  se desbordara. Y sí, sabemos que estas ya son frases muy desgastadas (cuando de narrar un evento como este se trata). Pero creemos que en pocas ocasiones están tan justificadas y esta fue una de ellas.

El sonido de las sirenas calló cuando el estruendo de la guitarra de Tony Iommi, dio por comenzada la comunión con “War Pigs”. En ese momento la emoción de las jóvenes generaciones (por presenciar en vivo las canciones que tanto han escuchado), se hizo una con la de los viejos (los mismos que se las inculcaron), quienes por fin dejaban atrás al espectro de la prohibición. Y es que Black Sabbath ya caminaba en la Tierra, cuando nosotros nos enterábamos de su existencia gracias solo a los documentos. Tener frente a uno a Tony Iommi, Geezer Butler y Ozzy Osbourne, no es solo un concierto de Rock. Es un evento histórico que vino a formar parte de los últimos capítulos, de un libro que está por terminar de escribirse.


La calidad del audio era tal, que el tiempo que comúnmente se ocupa en quejas y coraje, ahora se empleó para disfrutar y sorprenderse, por la selección de temas que Black Sabbath había decidido regalarnos. “Into the Void” e inexplicablemente “Under the Sun” (la cual apenas tocaron en vivo durante esta gira), dos abominables monstruos de la pesadez absoluta que tantos detractores le dio a la banda, eran ahora un fenómeno de júbilo masivo. Disfrutar de la perfección con que funciona la dupla Iommi-Butler, es un efecto que nos recorrió por vía intravenosa. Esa es la magia del Rock and Roll.

Fue hasta que “Snowblind” pasó lista a nuestro subconsciente, que caímos en cuenta que milagrosamente Ozzy lo estaba haciendo bien o al menos mucho mejor que la media de sus presentaciones recientes. Para ello había que agradecer a la tecnología, sí. Pero para mantener en alto al ánimo como el suyo esa noche, no hay aparatos y de ello se estaban haciendo cargo miles de gargantas. La emotividad se percibía en las caras de los tres míticos músicos y sabemos que a estos dinosaurios ya difícilmente se les puede sorprender y en respuesta estábamos recibiendo una presentación para la posteridad. Incluso para el fan “de hueso colorado”, la emoción al escuchar esa noche los temas más famosos de la banda, vulneró la soberbia con la que en otras ocasiones ya los evita. Y la inclusión de tres canciones del novel “13” en el set de esa noche (“Age of Reason”, “End of the Beginning”, y “God is Dead?”), fue reflejo de la seguridad que tienen en la calidad de su trabajo más reciente y la recepción por parte del público así lo corroboró. 


La temperatura anunciaba el punto de ebullición, cuando Ozzy anunció que nos llevarían a donde todo había comenzado, lo cual indicaba que el momento de escuchar el Himno Nacional de esa noche había llegado. El sonido de los truenos y la lluvia, que tantas veces había echado a volar nuestra imaginación, ahora nos envolvía y el estruendo de la guitarra de Tony Iommi hacía gala del infame “Tritono”, ese” tono del Diablo” que él asegura desconocía cuando compuso esta canción. Ozzy Osbourne, el autoproclamado Príncipe de las Tinieblas, narró la legendaria historia de terror que fomentó toda la parafernalia que rodea al Heavy Metal y Butler y Iommi se encargaron de lo demás. Sobre la pantalla central que fondeaba el escenario, el logotipo de la banda flanqueado por un par de Henrys (el demonio alado “mascota” de la banda), uno de cada lado, conformaron la imagen que con decibeles se labró para siempre en nuestros recuerdos.  Cómo describir este momento? sino como un auténtico privilegio.

Con respecto al famoso baterista que suplió a Bill Ward, si bien es cierto que para muchos seguidores (el Diablo Despierto incluido), Tommy Clufetos nunca hubiera sido la primera opción, también es cierto que el trabajo que desempeñó esa noche fue formidable. E incluso el comentario generalizado, fue acerca del gran parecido físico que tiene con el Bill Ward de hace  poco más de30 años. Clufetos se limitó a realizar un trabajo de precisión, que sin duda fue factor de relevancia en el desempeño de la instrumental dupla británica a la que acompaña.

La insólita interpretación de “Rat Salad”, permitió a Ozzy tomarse un descanso, al que pocos minutos después lo acompañaron Geezer y Tony. Entonces el escenario fue de Clufetos, quien con el desgastado recurso del solo de batería entretuvo a la audiencia. Y con este preámbulo (como es costumbre), Black Sabbath interpretó la icónica “Iron Man”. La cual de acuerdo a Ozzy Osbourne, ahora es el tema de Tony Iommi.

Más clásicos como “Behind the Wall of Sleep”, “N.I.B.”, “Fairies wear Boots” y “Dirty Women”, fueron más pinceladas con las que esta obra maestra de concierto se terminó de trazar. El proto Thrash Metal de “Children of the Grave” podría haber sido ya un final de leyenda para el concierto, pero era obvio que Black Sabbath no se podría retirar sin interpretar la canción que les dio presencia mundial, más allá del culto con sus iniciados. “Paranoid” (la cual al igual que la anterior sembró los principios del Thrash Metal), propinó al Foro Sol una fiesta que difícilmente se repetirá. Dos minutos, con 45 segundos de los más elementales en la historia del Rock, fueron la bendición para estos feligreses que ahora pudieron ir en paz, pues el Sabbath había terminado.


De esta manera el círculo que se abrió aquel 8 de noviembre de 1992, por Black Sabbath de la mano de Ronnie James Dio, finalmente se cerró con esta presentación de lo más cercano a la alineación primigenia de la banda. Cualquier cosa que Black Sabbath nos otorgue después de esto ya será ganancia. Y estrictamente en materia de conciertos (al menos en nuestro país), lo que presente cualquier otra banda en cuestión de Hard Rock o Rock Pesado, ya será un concierto más.

La presentación de Black Sabbath (la banda de Rock más grande de la historia), en el Foro Sol de la Ciudad de México,  desbordó clase, abolengo y sobre todo experiencia. Y para cualquiera de los asistentes es ya un privilegio poder decir: “Yo estuve ahí”.


Todas las fotografías: Rogelio Matamoros Durán (Diablo Despierto).




































8 comentarios:

Unknown dijo...

yo estube ahì!!!! Excelente reseña.....sin duda me iso recordar cada detalle y claro mi piel se erizo nuevamente recordando esa noche unica e irrepetible.felicidades

Alejandro Lou Ziffer dijo...

Roger, te faltó explayarte en narrar los clásicos!!!!!!pero excelente review

Unknown dijo...

Excelente la reseña, mi Diablo. Se nota la calidad de fan que eres de Sabbath, pero sobre todo la objetividad. Y si "yo estuve ahi"

Diablo Despierto dijo...

Muchas gracias por sus comentarios y que bueno que también disfrutaron del concierto. Saludos.

FIESTERO dijo...

"Yo estuve ahí", mi querido Diablo. Para mi, uno de los momentos climáticos fue cuando tocaron 'Under the Sun' que, aderezada con la imágenes que se pudieron observar en las pantallotas, hasta me provocaron, primero un gustillo-antireligioso-pro-satánico y, luego, hasta cierto terror. Desde luego que disfruté mucho de los clásicos, en especial 'Children of the Grave', uno de mis favoritos. felicitaciones por tu reseña. Salud
Atte
De Blas(phemer)

Diablo Despierto dijo...

Muchas gracias Blasfemo.

Anónimo dijo...

Maravillosa cronica y un excelente concierto! sin palabras y solo recuerdos maravillosos,como veterano de aquel tambien memorable concierto de 1992,tambien confirmo lo grandioso y magico que es esta banda,larga vida a Black Sabbath.aqui los estaremos esperando de nuevo!!saludos! atte. Raul A.T.

Kyerte dijo...

Hace casi un año de este conciertazo. Estuve ahí, ya con esto he visto a los tres padrinos del metal; Black Sabbath, Judas Priest, Iron Maiden, en menos de 5 años. Genial concierto, de verdad, genial reseña.
Saludos