lunes, 31 de agosto de 2009

Anvil! The story of Anvil.

Desde hace como un año a la fecha, en diversos foros de noticias rockeras se empezó a hablar bastante, acerca de un documental que se encontraba en postproducción, el cual retrataba la vida de una banda canadiense de heavy – thrash metal, la cual en realidad (o en apariencia), nunca logró hacer algo de ligera relevancia. Entonces con la acostumbrada dubitatividad que caracteriza al Diablo, este se preguntaba si es que acaso valía la pena dedicar tanta cobertura al inminente estreno de la película y si es que acaso valía también la pena realizar un documental acerca de una banda que nunca había hecho, en realidad o al menos ante mis ojos eso: nada.


Doce pesos en un puestito de la calle.




La cosa es que los comentarios no se hicieron esperar y de inmediato llegaron las reseñas, acerca del buen recibimiento que le habían dado a “Anvil! The Story of Anvil”. De hecho el documental se estrenó en enero, como parte del festival de Sundance 2009 y recibió premios otorgados por la audiencia en los festivales de cine de Sydney, Los Angeles y Galway. Y ante toda esta fiebre por Anvil, el Diablo pasó del descontento al morbo y ultimadamente a la curiosidad.


Aparte de algunas de las portadas de sus discos, de Anvil recuerdo unas fotos tomadas por Ross Halfin, en las que aparece Lips (el cantante, guitarrista y líder de la banda), desnudo y tapándose los genitales solo con su guitarra modelo Flying V. De tal forma, me di a la tarea de buscar algo de su material y conseguí el disco “Metal on Metal” editado en 1982, el cual de acuerdo a lo que empecé a leer es quizás su trabajo más representativo. Y el material que en él encontré aunque sí suena energético y pasable para la época, lo cierto es que tampoco me pareció muy trascendente. Al mismo tiempo empezaron a aparecer, oportunamente como siempre, los comentarios de diversos músicos farándula –metaleros, como Scott Ian de Anthrax, quien a pesar de caerme tan gordo luego de destaparse como todo un mamonazo cuando lo entrevisté durante su última visita a México, es también un músico al que he de reconocerle un colmillo metalero muy bien afilado; quien no escatimó en expresar maravillas acerca de Anvil y lo menospreciados que han sido.


"Metal on Metal", 1982.
Y de repente, sumergido en esta oleada pro-metalera de la que hemos sido objeto por parte de muchas instancias mediáticas rockanroleras, las cuales están reconociendo y revalorando al heavy metal bajo la disciplina artística que sea; me encontraba caminando a las afueras del metro Revolución cuando me topé con un puestito, del que en uno de sus tentáculos pendía un sobre pitero de plástico en el que se leía: "Anvil: La historia de un Rockero". Así es, por solo doce pesos llegó a mi poder una copia apócrifa del mentado documental, subtitulada de manera infame al español. Y digo apócrifa aunque no se aún para quien, ya que la película no se ha estrenado en México ni en cine, ni en dvd (ni en México, ni en USA), y por el contrario, luego de tan eficiente campaña publicitaria estoy seguro de que Anvil venderían un boleto más, si es que ocasionalmente se presentar en nuestro país.

El documental empieza presentando unas escenas del festival Super Rock 1984 en Japón, en el cual se presentaron bandas como Dio, Bon Jovi, Scorpions y Anvil de las que se dice que todas obtuvieron fama y llegaron a vender millones de discos, excepto una de ellas. Exacto, Anvil. De ahí en adelante, la cámara nos presenta una revisión de los orígenes, el presente y hasta el futuro incierto de Anvil, una banda que efectivamente y ahora confirmo, por desgracia nunca ha obtenido el reconocimiento que se merece. Entre los breves testimonios de Scott Ian, Lemmy, Lars Ulrich y Slash entre otros, lo que habla mejor de la banda son las impactantes escenas de la vida de Lips y Robb Reiner (el baterista), que son quienes han aguantado las tormentas ante el tiempo y que por supuesto continúan en pié, con toda la fe depositada en Anvil.


La foto de Ross Halfin.
La realización de “Anvil! The Story of Anvil” fue una idea y corrió a cargo de Sacha Gervasi, quien en algún momento fue roadie de la banda, luego de que los conoció durante uno de sus conciertos en el Marquee de Londres en 1982.

Por fortuna para la banda, luego del estreno de la película la justicia les ha comenzado a hacer gestos y los ha ayudado a obtener presentaciones al lado de AC/DC, Saxon, Metallica y Heaven And Hell y también han formado parte de diversos festivales masivos. Y en cuanto al Diablo, pueden estar seguros de que en cuanto salga el dvd original se hará de él, así como también de su más reciente grabación “This is Thirteen” (de la que pueden ver en el documental, los conflictos que se presentaron durante su grabación), el cual se editará en los Estados Unidos el próximo 15 de septiembre.



"Anvil! The Story of Anvil"



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El alcalde de Sunset Strip - Hablemos de documentales. Parte 1.

No sé si de verdad el “Flight 666” de Iron Maiden fue tan relevante, pero la cosa es que recientemente se ha dado una suerte de fiebre por los documentales que retratan al rock, en diversas de sus estilos. Y esto es un hecho, ya que por varias fuentes informativas, se le ha dado seguimiento a la realización de estos y por supuesto también a sus lanzamientos. Y por afortunada coincidencia varios de ellos han llegado a mis manos.


Portada de la edición mexicana, de a treinta pesitos.



“Rock and Roll” - Testimonios de un sueño -
(Rodney Bingenheimer - Mayor of the Sunset Strip)
D.- George Hickenlooper. 2003.



Cuando este documental se lanzó en dvd (en 2004), el Diablo andaba precisamente en Los Angeles y se podía encontrar en los anaqueles de novedades de cualquier tienda de discos y videos (o dvds pues). Y en un extraño chispazo de razonamiento, su servidor decidió no comprarlo, ya que andando por allá y con tarjeta de crédito todo es bien fácil. En cada tienda que visitaba leía la ficha de la contraportada y cada ves se me antojaba más. Y es que en esas breves líneas describían a un sujeto que nunca fue ni músico, ni actor, ni productor, ni artista en alguna disciplina. Sin embargo conocía a medio mundo y hasta había sido relevante para el éxito en la carrera de muchas estrellas de rock, principalmente.



El nombre de este personaje es Rodney Bingenheimer, a quien todo mundo en la farándula angelina conoce como el Mayor de Sunset Strip, esa zona de ensueño ubicada precisamente a lo largo del Sunset Boulevard en Los Angeles, California. Rodney Bingenheimer es un hombre pequeño, simpático y evidentemente con mucho ángel, el cual aparentemente fisiológicamente tuvo su mejor momento entre las décadas de los años sesenta y setenta, pues gracias a su imagen hasta estuvo a punto de ser miembro de los Monkees. El famoso Mayor es amigo de Cher, Blondie, Alice Cooper, los Beach Boys, Pamela Des Barres (leyenda groupie que carga en su cuerpo residuos del sudor de medio mundo rockero.), entre muchísimas estrellas más y para remate les dejé los pesados al final: Conoció a Elvis (de quien conserva la licencia de manejo que el mismo Rey le regaló), y cotorreó con los Beatles. Así nada más.




El Alcalde y unas reinas,
a las afueras del antro que abrió por recomendación de su amigo David Bowie.



A principios de la década de los setenta, durante un viaje por Inglaterra, David Bowie le recomendó que abriera un antro estilo londinense en Hollywwod, lo cual hizo a su regreso. Este lugar, el English Disco, se convirtió en el más visitado por las estrellas de rock más grandes del momento y por lo tanto Bingenheimer, en su calidad de ajonjolí de todos los moles rockero, se consagró como toda una celebridad. Con el tiempo el antro cerró pero también se convirtió en dj de radio, con lo que promovió a muchos artistas y bandas del Inglaterra como los Smiths, los pinches Sex Pistols y Oasis entre muchos más. Sin embargo, como siempre el peso del tiempo causa estragos y los directivos de las estaciones de radio lo han ido relegando y sus amigos también lo han ido olvidando.



Rodney Bingenheimer con los Kiss.
“Mayor of the Sunset Strip” retrata a la perfección esa estrecha e inconcebible convivencia entre la farándula y la ignominia en el mundillo del rock. Recomendado especialmente para los millones de estrellas de rock frustradas que habitamos este planeta.

Y por cierto, no lo compré en el Sunset Strip, pero por fortuna me lo encontré hace unas semanas en un botadero (no recuerdo si de Walmart o Soriana), editado por Videomax, por tan solo treinta pesotes.



De encimoso con Debbie.
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martes, 18 de agosto de 2009

Iron Maiden - Eggfest en San Bernardino.

Hace cuatro años, por estos días el Diablo y su amigo Ponchito se encaminaron hacia tierras californianas, para presenciar la fecha final de la histórica edición de ese 2005 del Ozzfest. Desde hacía varios años, que cada verano nos enrolábamos con una buena pandilla de amigos, para disfrutar de varios conciertos de rock, principalmente por territorio texano. Sin embargo ese año, como ya comenté Ponchito y su servidor decidimos separarnos del grupo, ya que ellos se encaminaron a presenciar el Ozzfest en Arizona. Y es que en lo personal, había algo que me llamaba hacia la fecha de California. En primera, se trataba de la última fecha de Iron Maiden como invitado especial de Black Sabbath, pues de inmediato viajarían de vuelta a casa para presentarse en Reading y Leeds; o sea la crema y nata de los festivales rockeros en el Reino Unido y por ende, del mundo. Después de esa presentación en San Bernardino, el lugar de Maiden sería ocupado por Velvet Revolver.


The Trooper en San Bernardino, California.



Otro motivo para preferir California, es que para un melómano en grado superlativo (como se jacta de serlo su servidor), la oportunidad de visitar cuantas veces se pueda Amoeba Music, en el 6400 de Sunset Boulevard (casi en el meritito corazón de Hollywood), es una oportunidad que nuca se debe dejar pasar. En este templo del coleccionista enfermo, he encontrado ejemplares tan inauditos como el vinyl original de "Bela Lugosi´s Dead" de Bauhaus, la edición original italiana del “Profondo Rosso” de Goblin (con la portada doble, con la bailarina de la portada en cartoncito desplegable), la caja del dvd editada por David Lynch de su “Eraserhead” y demás tesoritos por el estilo.
Y como cereza en el pastel, un día antes del esperado concierto, en el “Paseo del Rock” del Guitar Center de Hollywood, Iron Maiden plasmaría sus manos en una placa de cemento. Por lo tanto esa tarde hubo varios cientos de metaleros, que llegaron desde temprano y desde varios puntos del planeta, con la esperanza de presenciar el evento. Sin embargo, la multitud llegó a ser tan numerosa que hubo varios conatos de bronca con la policía.



Buscando fotos de la ruta 66 encontré esta.




De tal forma, el sábado 20 de agosto por la mañana, Ponchito y el Diablo se encaminaron por la legendaria ruta 66, con dirección a San Bernardino. Esa misteriosa carretera que cruza la nación norteamericana, de la costa este a la oeste, y que como por pura tradición es aún conservada, es la que nos llevó de manera extraña e incómoda (en contraflujo a un ladito de los impresionantes freeways californianos), hacia nuestro destino. Y en algún punto del desierto topamos con un letrerito, que nos indicaba dar vuelta hacia la derecha para llegar al Glenn Helen Park.

In Flames agradeció con mucho fervor a Iron Maiden esa tarde.
Este parque es una especie de reserva ecológica en medio de las montañas y es también un santuario para el rockero enterado, ya que en este lugar se llevó a cabo en 1983 el US Festival. Este festival de antología duró varios días, durante los cuales se presentaron artistas y grupos de la talla de David Bowie, Ramones, The Clash, Pat Benatar, Pretenders y U2 entre muchos otros. Y entre tal buffet, los organizadores tuvieron a bien dedicar un día exclusivo al heavy metal, el género musical más popular del momento. Durante esa jornada actuaron Quiet Riot, Mötley Crüe, Ozzy Osbourne, Triumph, Judas Priest, Scorpions y los estelares Van Halen. Es por eso que también presenciar esta edición del Ozzfest en tal lugar, se antojaba memorable.

El guarro y sus cuates.
Finalmente ya en el territorio, percibíamos que por la cantidad de gente que llegaba a estacionarse al pie de las montañas, ese día iba a ser inolvidable. El calor era inclemente y contrario a lo ágil y organizado que comúnmente es acceder a este tipo de eventos en los Estados Unidos, en esta ocasión nos recibieron unas largas filas de acceso. Entonces sin más remedio nos formamos y observamos que al llegar a las puertas, todo el mundo se quitaba hasta los zapatos y la revisión era extrema. Ya en turno, nos revisaron de pies a cabeza y confiscaron todas las monedas. A ponchito le recogieron un sándwich de huevo que llevaba y sus goomies. Recuerdan esas pulseritas hechas con unas rodajitas de plástico amarradas entre sí? Pues así de peligrosa se la quitaron.


Payasadas.
Al entrar, nos recibió el inmenso anfiteatro aún vacío, pues las actividades en él aún no comenzaban. Por lo tanto nos dirigimos hacia una explanada ubicada al lado del escenario principal, en la que estaba por comenzar la actuación de Mastodon. Y entre la multitud, pasaron a nuestro lado Mike Ammot y Angela de Arch Enemy, quienes con actitud de inalcanzables ya se retiraban de la carpa de autógrafos.

Han de saber que el diablo es entusiasta de Rob Zombie, quien ese día sería el acto estelar en el escenario alterno del Ozzfest. Sin embargo el afán por estar una vez más frente a frente con Tony Iommi, nos llevó a montar guardia desde temprano a las puertas del anfiteatro, para ser de los primeros en entrar. Algo que por cierto, no parece quitarle el sueño al público estadounidense. Y así fue, en cuanto abrieron fuimos los primeros en entrar y aún así corrimos para apoderarnos del lugar justo enfrente de los monitores del lado izquierdo. Todos los demás comenzaban a amontonarse frente al centro del escenario.


Steve Harris con cascarones de huevo en el cabello y los monitores salpicados.




La historia del cartelito famoso.

Como ustedes deben de saber, a finales de la década de los sesenta, en Inglaterra el guitarrista más respetado y venerado era Eric Clapton. Y fue entonces que a alguno de sus seguidores, se le ocurrió la puntada de hacer un graffiti que decía: “Clapton is God (Clapton es Dios)”. De tal forma ese slogan se convirtió en un parámetro, contra el que de ahí en adelante cualquier guitarrista se habría de enfrentar. Hablamos de grandes ligas por supuesto.

Entonces todo guitarrista, por ende aspiraba a ser Dios.

Sin embargo el Diablo, desde hace muchos años pensó que Tony Iommi podría ser cualquier cosa excepto Dios y entonces que se le ocurre la infame frase de: “Iommi is not God... is the Devil (Iommi no es Dios... es el Diablo)”. Y entonces durante alguno de los conciertos que su servidor ha presenciado de Black Sabbath, se le ocurrió ponerse a manufacturar (de la manera más artesanal e improvisada), el famoso cartelito. Y mientras en el escenario estaba Black Label Society, realicé la primer versión con una hoja y una pluma a la que casi se le acabó la tinta. Recuerdo que la sorpresa de mis amigos y de la gente de seguridad era tal, que hasta se asomaban a ver que demonios escribía sobre la vaya de seguridad, en lugar de atender al guarro de Zakk Wylde y sus constantes escupitajos. Ya más tarde, durante el momento estelar, Tony Iommi sonreía apenado y agradecía cada ocasión que le mostraba el papel y Ozzy Osbourne se carcajeaba mientras lo señalaba y las cámaras lo mostraban ante el auditorio por las pantallas. Al final de ese concierto, uno de los asistentes de Iommi se acercó y me preguntó si les podía obsequiar el cartel y asumiendo que seguramente fue el maestro quien envió a por él, accedí de inmediato recibiendo un puño de plumillas a cambio.


Por eso es que de nueva cuenta, ahora en San Bernardino, tuve que hacer un cartelito nuevo con la misma leyenda.




Más huevazos en los monitores.

Y para continuar con lo ocurrido ese día, a continuación usaré la reseña que en su momento se publicó en La Mosca en la Pared:

“Del esperado concierto se auguraba lo mejor, dado que la banda de Steve Harris en muy pocas ocasiones había accedido a compartir el cartel, ya que el éxito de Iron Maiden los ha llevado a presentarse por sí solos y con gran éxito en los recintos más importantes del mundo. Sin embargo Bruce Dickinson declaró recientemente que formando parte del Ozzfest buscarían cautivar a las audiencias jóvenes de los Estados Unidos de Norteamérica.
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Este día ante la mayor audiencia de la gira (45, 000 personas), In Flames dio una cátedra del mejor metal europeo, incómodamente colocados dos lugares por debajo de sus imitadores Shadow´s Fall. El infaltable Zakk Wylde y su sociedad de la etiqueta negra, ahora se desbordó en tributos a su desaparecido compadre Dimebag Darrell, con su siempre efectivo heavy guarro y escupiendo hasta para su cabeza.




Uno de sus mejores conciertos?



Y cuando creíamos haber presenciado cosas malas en la vida, llegó Mudvayne para confirmar que nunca hay que creer conocer todo de la misma. Con exactitud conocimos de este grupete un nuevo nivel de lo inmundo y del gran poder de la payola. Es indignante pensar que una parte de lo que pagamos por el boleto cubrió tal espectáculo. Y por el estilo estuvieron los de Slipknot, pero con la diferencia de que ahora sí había algún sectorcito aullando con sus payasadas(en el estricto sentido de la palabra).




Sharon chorendo y abucheada.



El momento estelar había llegado y la pasión se había desbordado tan pronto sonó por los altavoces el “Doctor, Doctor” de U.F.O. En ese momento un miembro del equipo técnico del Ozzfest (a decir por el gafete que portaba), llevó a tres tipos a todas luces superelevados, al pit de fotógrafos. Inmediatamente estos voltearon hacia quienes nos encontrábamos vitoreando a Maiden, para exigir que lo dejáramos de hacer, pues según decían “ellos han ofendido a Ozzy”. A punto de terminar la cinta de introducción, el mismo tipo llegó corriendo y los sacó con apuración. Y en cuanto Maiden tomó el escenario una lluvia de huevos, vasos, hielos, palomitas y demás basura inundó el entarimado y sus cabelleras. Para entonces los mencionados sujetos se encontraban haciendo su “trabajo” escondiéndose entre la gente del pit del público de entrada general. Ante el desconcierto la banda no hizo más que fajarse y continuar con su set en la manera de lo posible. Al terminar “Murders in the Rue Morgue” Dickinson comenzó a soltar la lengua, vociferando que nunca veríamos ni escucharíamos a Maiden en un reality show, ni en la basura de radio y Mtv estadounidenses. Acto seguido, durante la interpretación de “The Trooper” como es costumbre Dickinson revolotea una bandera Británica, y en ese momento del backstage salió otro sujeto con la cara pintada de bandera norteamericana, ondeando la misma y con el mensaje”Don´t mess with Ozzy” escrito en el pecho.




Black Sabbath, una de sus últimas actuaciones.


Para entonces el desconcierto era total, ya que un sector de la audiencia (que no veía la lluvia de proyectiles), por supuesto que tomó de manera negativa la actitud de Dickinson y los que sí veían o entendían la situación tampoco se explicaban porqué Sharon Osbourne (quién más?), había llegado a tan baja resolución. La constante desconexión del equipo de audio interrumpió “Phantom of the Opera” por la mitad y “Halloweed be thy Name“ casi al final, la cual terminó siendo coreada por el público.



Adivinen dónde quedaron las plumillas que tiene en las manos?

Como resultado miles de seguidores abandonaron el lugar al término de la accidentada presentación de Maiden. Y los demás pudimos disfrutar de una estupenda actuación por parte de Black Sabbath, como si nada hubiera pasado. El público enloquecido ante un Ozzy pletórico (el auténtico showman que ya pocas veces vemos), disfrutó de lo que parece haber sido la última oportunidad para ver a Ozzy acompañando a Iommi, Butler y Ward como parte de Black Sabbath. Sin embargo un amargo sabor de boca nos recordaba que horas antes habíamos saludado a Sharon, aún admirando su, a pesar de todo, gran habilidad para los negocios”.

The Devil by Ross Halfin.




Eso sucedió esa calurosa tarde del 20 de agosto de 2005 en San Bernardino, California. Esa fue la (hasta el momento), última gira de Black Sabbath, pues tan solo unos meses después el proyecto de Heaven And Hell comenzaría a fraguarse. Y como dato que les valdrá absolutamente madre, solo les comento que el fotógrafo de Iron Maiden y Black Sabbath era Ross Halfin. Y fue él quien precisamente tomó la famosa fotito del Diablo en acción.










lunes, 17 de agosto de 2009

Thrash metal en Música de Locos.


Debido al éxito que tuvo la emisión de "Música de Locos" de la semana pasada, la cual estuvo dedicada al nacimiento del heavy metal subterraneo o thrash metal, este martes 18 de agosto seguiremos con el tema y habrá más música que se quedó fuera de programación por cuestión de tiempo.

Gracias por el apoyo y sigan escuchando "Música de Locos".

"Música de Locos" en el 660 de AM, Radio Ciudadana.
Todos los martes a las 21 horas.

O por internet en: http://www.imer.com.mx/ , dándole click en el link de Radio Ciudadana.

Están informados.