domingo, 28 de marzo de 2010

La década de los ochenta en el heavy metal.

El comienzo de una década siempre ha tenido significado cabalístico y en ocasiones estas épocas van acompañadas de diversos eventos que se empeñan en sustentar dicha característica.

En 1980 los dinosaurios del rock comenzaban a extinguirse o a convertirse en monstruos mediáticos y la revolución del punk también se asimilaba en sociedad a costa del new wave. Pero para el heavy metal significó la llegada de un segundo aire, el cual lo convertiría también en un rentable género a punto de reventar. La New Wave of British Heavy Metal marcaría el camino a seguir desde sus obvios cuarteles británicos y también se vio la edición de varias obras maestras que vendrían a consagrar o simplemente renovarían los votos de algunas ya vacas sagradas del género. A continuación una revisión de ese momento en la historia:






“Heaven And Hell” Black Sabbath.

Apenas unos meses atrás Black Sabbath había decidido correr finalmente a Ozzy Osbourne de sus filas y poco después Geezer Butler decidía también dejar a la banda, (pues para él ya estaba terminada). Sharon Arden, hija de Don Arden (para entonces otrora manejador de Black Sabbath), seguía formando parte de la comitiva de la banda y entonces hizo a Tony Iommi una recomendación de la que algún tiempo después se arrepentiría por todos los días que le queden de vida. Sharon sugirió a Tony que le ofreciera la vacante de cantante en la banda a Ronnie James Dio, quien había formado parte de Rainbow. Y tan solo unos días después ella misma invitó a Ronnie a acercarse a la mesa de Iommi, durante una parranda en el legendario Rainbow de Hollywood. Lo demás ya es historia.

Black Sabbath ya había hecho historia a principios de la década de los setenta, revolucionado al mundo del rock con su idea musical (Rock 101 dixit). “Heaven and Hell” no podía ya revolucionar nada, sencillamente como mencionamos líneas atrás, renovó los votos de Black Sabbath como sumos artífices del rock pesado y refrescó su propuesta con la presencia de Ronnie James Dio entre sus filas. La consistencia de las nuevas composiciones de Iommi con Dio, trajeron a Butler de vuelta con la idea de que una nueva superbanda se vislumbraba. Sin embargo al final la presión por parte de la discográfica estadounidense (Warner Brothers), los obligó a que el disco saliera bajo la autoría de la leyenda Black Sabbath.

El álbum irrumpe con “Neon Knights” y la contundencia de uno de los riffs más celebrados de Tony Iommi, con lo que de facto tendríamos ya al “Paranoid” de una nueva generación, la del Black Sabbath Mark II. “Heaven and Hell” (la canción), son 6 minutos con 59 segundos de majestuosidad, épica musical y de una oscuridad lírica que Dio buscaba desde sus días con Rainbow. Con “Die Young” se cierra el triunvirato de himnos con los que “Heaven And Hell” deja claro que la genialidad de Black Sabbath reside en sus cuerdas y mientras estas se hagan acompañar por músicos propositivos los resultados siempre serán sorprendentes.

“Heaven and Hell” es una obra maestra más en la discografía de Black Sabbath y una de las declaratorias máximas en la forma de hacer heavy metal. Un cuidado trabajo de absoluta fineza musical, al servicio de la estridencia y los decibeles bajo la batuta de Martin Birch (el productor), quien sin duda fue uno de los artífices de mayor relevancia durante esa década. De “Heaven and Hell” muchas de sus piezas y sonidos definieron los caminos por los que el heavy metal avanzaría durante la naciente década.

Cuando el Diablo le preguntó a Ronnie James Dio acerca de sus discos favoritos de Rainbow, Black Sabbath y Dio, su respuesta llegó sin titubeos. De toda su carrera escoge “Heaven and Hell”, ya que considera que en este disco por fin dio salida a sus deseos de hacer música más oscura, en ambos sentidos: musical y líricamente.

El 29 de mayo se lanzará a través de Universal Music una edición conmemorativa de “Heaven And Hell”, la cual incluirá el cd remasterizado y un dvd con un documental acerca de la grabación y trascendencia del disco.



“British Steel” Judas Priest.

Para entonces Judas Priest había cumplido una década de cosechar el mejor y auténtico heavy metal británico. Sin embargo la inestabilidad en la producción de sus discos, había llevado a que su fama corriera de boca en boca y gracias a sus conciertos en vivo, en los que su sonido sí era apabullante. Pero con este trabajo todo cambió, tanto para la banda como para el género. “British Steel” es las tablas de mandamientos que los Dioses del Metal hicieron llegar a la humanidad a través de Judas Priest. Todo lo que se necesite saber del heavy metal esta dicho en este disco producido por Tom Allom (quien fungiera como ingeniero de grabación durante varios discos de Black Sabbath). “British Steel” fue grabado en los estudios de Tittenhurst Park, para entonces propiedad de Ringo Star y que originalmente fueran la residencia de John Lennon.

En lo referente a la vestimenta heavymetalera, Judas Priest marcó la pauta con el cuero y los estoperoles desde su disco anterior “Hell bent for leather” (1979). Pero con esta entrega a lo largo de nueve tracks, Judas Priest deja claras las reglas del heavy metal en forma y concepto. “British Steel” es la carta de presentación del heavy metal ante la sociedad y su portada es también ya una imagen característica para el género por excelencia.

“Metal Gods”, Breaking the law” y “Living alter midnight” son el Himno Nacional y el Toque de Bandera ante los que todo metalero se pone de pie. Y “Rapid Fire” y “Steeler” son las semillas de lo que unos años más tarde se conocería como Thrash – Speed metal. Las guitarras gemelas de Glenn Tipton y K.K. Downing, con lujo de brutalidad, se declararon como marca registrada de la banda y la inigualable voz de Rob Halford lo convirtió en vocero heavymetalero universal.

Judas Priest no es la banda más representativa del heavy metal, de hecho Judas Priest es el heavy metal y “British Steel” es el documento que lo certifica.

Para el 11 de mayo esta anunciada la edición de “British Steel : Legacy Edition”, un paquete que incluirá el cd remasterizado, un concierto de la gira del año pasado (la del 30 aniversario del mismo “British Steel”), capturado en dvd con sonido 5.1 y un tercer disco con el audio del concierto en cd.






“Back in Black” AC/DC
El éxito que AC/DC había logrado con “Highway to Hell”, indicaba que este próximo lanzamiento los elevaría al nivel de consagrados (algo por lo que ya llevaban varios años de trabajo arduo). Sin embargo la repentina e inesperada muerte de Bon Scott, dejó una nube muy negra sobre los hermanos Young y compañía. Un día antes de su muerte, Scott se presentó al local de ensayos y trabajó con los hermanitos sobre una de las nuevas piezas. Unas horas después se despidió de ellos, para siempre.

Tras un breve receso para madurar la muerte de Scott, llegó a la banda Brian Johnson (a quien buscaron porque en vida Bon Scott era su aficionado), y con él concretaron finalmente el tan esperado y determinante álbum. “Back in Black” se grabó en los estudios Compass Point de las Bahamas, bajo la producción de Robert John “Mutt” Lange.

Hasta entonces la esencia de AC/DC radicaba en llevar todos los escenarios mundanos, barriobajeros, de prostitución, alcohol y podredumbre a los oídos del mundo, a través del rock más puro, eléctrico y vibrante que ninguna otra banda de rock jamás ha podido igualar. Sin embargo con “Back in Black” presentaron lo mismo pero con un refinamiento inaudito. “Hells Bells” es el track con el que abren, estableciendo de inmediato un luto por Bon Scott que se respirará a lo largo del álbum pero no de una manera deprimente, más bien en señal de aprobación; con su pulgar en alto para Brian Johnson. “Back in Black” (la canción), dejó claro que AC/DC venía por todo y ya no habría marcha atrás. La banda quedaría inscrita en un lugar privilegiado entre el rock clásico y el rock pesado, un lugar único al que hasta este momento nadie más ha podido llegar.

“Back in Black” también cuenta con el difícilmente insuperable título de ser el disco de rock más vendido de la historia (tan solo 49 millones de copias vendidas en el mundo!), aclarando que esta aseveración la hace el Diablo Despierto, considerando que el número uno oficial de la lista es Michael Jackson con “Thriller” y sus 110 millones de copias, lo cual nos habla más de un fenómeno social y mediático que de uno musical.



“Ace of Spades” Motörhead
Motörhead no inventó el heavy metal, pero sí le regalo al género la velocidad, la actitud y muchos de sus valores primigenios. Y Lemmy tampoco inventó nada y mucho menos para el rock and roll; sin embargo él fue enviado del más allá para supervisar y ser parámetro de las posibilidades entre las que el rock se habría de desenvolver.

Lemmy es Dios,
esta es palabra del Diablo. Oremos.

“Ace of Spades” se grabó en los estudios Jackson, propiedad del mismo productor Vic Maile (quien fuera ingeniero de sonido en la PYE Records, por lo que colaboró con los Kinks y los Small Faces entre muchas otras leyendas del rock), y constituye una de las obras máximas del trío británico. Por supuesto que aquí se incluye el famoso tema, por el cual el mundo metalero reconoce a Motörhead, el cual que con el tiempo se ha vuelto tan infame como el “Paranoid” de Black Sabbath, por el hecho de que pareciera que solo por ellos los recuerdan.

Más descargas de estruendo y absoluto rock and roll se entregaron en temas como “Jailbait”, “(We are) The Road Crew”, “Love me like a reptile” y/o “The chase is better than the catch”. La energía de los tres malvivientes (Lemmy, Eddie “Fast” Clarke y el “Animal” Taylor), más venerados del rock pesado, por cuestiones cuánticas llegó a su cenit y estaba por inaugurar la era del thrash metal, pues la complementación por parte de Venom estaba en ciernes.




“Iron Maiden” Iron Maiden
Estamos ante el álbum debut de Iron Maiden, con el que quedaría claro quien sería la mamá de los pollitos, primero en la New Wave Of British Heavy Metal y tiempo después en la escena heavymetalera universal.

Este disco fue de tajo una declaratoria con la que la Doncella delimitó su terreno a futuro. Temas que desde hace tiempo se habían constituido como auténticos clásicos, durante las interminables giras de la banda por cualquier club o salón que se les atravesara por el Reino Unido. Y ahora eran inmortalizadas en estudio, aunque no de la mejor manera para su perpetrador Steve Harris.

Las labor de Will Malone como productor, ha sido algo que siempre ha hecho que Harris reniegue de este disco, ya que desde las sesiones de grabación lamentaba la falta de interés de Malone en su trabajo. Sin embargo, quizás eso ayudó a que el sonido de las canciones transmitiera una rudeza de absoluto espíritu punk, un género hacia el que Harris se manifestó en contra en varias ocasiones. “Remember Tomorrow”, “Running Free”, “Phantom of the Opera” y por supuesto “Iron Maiden” son temas que desde entonces han sido momentos clave durante los conciertos de la banda.

Aunque ese años significó un masivo punto de arranque para la competencia de la NWOBHM, en la que salieron juntos Iron Maiden, Def Leppard y Saxon como punteros. Tan solo fue cuestión de tiempo para que Saxon se quedara en el camino (el cual retomaron años después), y Def Leppard buscara un atajo que los llevara a la meta por un camino más cómodo. Es por eso que “Iron Maiden” fue solo el punto de arranque de una carrera a paso constante, que se sustentó en quizás la discografía más sólida de banda heavymetalera alguna durante toda la década de los ochenta.

El próximo jueves 15 de abril se llevará a cabo una celebración en el Hard Rock Live de la ciudad de México, por el treinta aniversario del lanzamiento de “Iron Maiden”. El evento se anuncia a las 20 horas y la entrada será libre. Y durante este la banda de tributo “Iron What?” interpretará material de la Doncella y buena parte de este disco (esta por confirmarse la interpretación integra del disco).
Estos son a criterio del Diablo los discos, cuya relevancia marcaron una pauta para el género pesado durante 1980. Sin embargo aquí presentamos una lista de otras grabaciones que también se editaron ese año y que sin duda deben formar parte de los archivos de cualquier melómano aficionado al exceso decibélico:

- “On trough the night” Def Leppard.
- “Permanent Waves” Rush.
- “Wheels of steel” y “Strong arm of the law” Saxon.
- “Women and children first” Van Halen.
- “No place to run” UFO.
- “Animal Magnetism” Scorpions.
- “End of the century” Ramones.
- “Ready an´willing” Whitesnake.
- “The Game” Queen.
- “Michael Schenker Group” Michael Schenker Group.
- “Glory Road” Gillan.
- “Blizzard of Ozz” Ozzy Osbourne.
- “All shook up” Cheap Trick.
- “Lightning to the nations” Diamond Head.


Y como broche de oro, el 16 de agosto de ese mismo año se llevó a cabo la primera edición del festival Monsters of Rock, en Castle Donington, Inglaterra. En esa ocasión el cartel se conformó por Touch, Riot, April Wine, Saxon, Scorpions, Judas Priest y el cabeza de cartel Rainbow.

Amables lectores, si vivieron esta época espero que revivan con placer y nostalgia tan importante momento en la historia musical. Y si llegaron después, pues háganse un favor y conozcan las raíces de tan emocionante género musical.